El proceso inicia en nuestros invernaderos, donde las plántulas estarán en promedio por dos meses, posteriormente estas son cultivadas de manos de expertos con esmero y dedicación, seleccionando cuidadosamente las diferentes hojas de nuestras plantaciones, garantizando solo la mejor calidad para nuestros puros.
En las Galeras de curado las hojas de tabaco son seleccionadas y clasificadas para dar inicio al proceso de deshidratación. Estas se cuelgan en grandes casas de curado y son sometidas a un control riguroso de temperatura y humedad durante varias semanas con el objetivo de reducir el tamaño de las venas, desarrollar el color, sabor y aroma, una vez se ha alcanzado la calidad requerida se llevan a la bodega de fermentación y envejecimiento.
Este proceso es crucial para la fabricación de un buen tabaco, en las bodegas de fermentación el tabaco pasará entre ocho y doce meses, el tiempo irá en dependencia de que tanto se desee fermentar, tiempo durante el cual ira perdiendo su grasa, será pre mojado y nuevamente puesto en los pilones de tabaco, para continuar el proceso hasta que el tabaco pigmente el color requerido y esté apto para ser despalillado y torcido.
Con las manos laboriosas, agiles y habilidosas de nuestros boncheros, adquiridas gracias a los años de experiencias y arduo trabajo, se mezclan y acomodan las hojas cuidadosamente, combinando los diversos cortes o tiempos del tabaco, seco, viso y ligero en las proporciones requeridas para la elaboración de ligas con características especificas. Estas ligas son el secreto detrás de nuestros sabores distintivos.
Cada puro es cuidadosamente anillado y empacado en celofán para protegerlo y preservar su calidad, posteriormente es colocado en refinadas cajas de madera de cedro que realzan su presentación y destacan su belleza. Nuestros estuches son diseñados con atención al detalle, asegurando una experiencia premium en cada detalle desde el primer momento.